15 may 2013

El retorno.I


Parece que cerraron el chiringo y todos p'a casa. Como si el gurú de mis vacaciones supiera que ya no tengo pensado hacer nada más que retornar y ha movido ficha para que efectivamente no vea nada.
Amaneció un día con "la piolla" como dicen los italianos, vamos!, "piollento". Cayendo esa llovizna que no pinta nada, así que en poco pasó a lluvia de verdad, de la que pinta charcos sobre la calzada. A los ciento y pocos kms ya no podía más. Se me habían hechos eternos intentando escapar de Turín. De hecho cuando paré ya eran las doce del medio día. El afortunado con mi presencia fue un restaurante que no dudó ni por un instante en prepararme una mesa para comer, así que ya que estábamos... me puse la ropa de fiesta mientras dejaba que el resto de mi vida escurriera en una silla y me zampé un rissoto y luego una carne esquisita, con queso, como todo lo italiano, y luego, conocedor de que la lluvia no cesaría, reemprendí la marcha.
Psicológicamente estaba preparado para absorber agua cual esponja, pero físicamente no podìa, así que en cuanto entré en Francia. Me pedí un capuchino, que sé que les jode, haciendo alarde de mi propio estado de ánimo, y conseguí un par de bolsas de plástico. Me cambié los calcetines mojados por unos secos, a continuación las bolsas y luego las botas. Guantes del decatlón y luego los de invierno, los que me regaló Zos hace ya una década por lo menos. El gorrito de la bici y luego el casco y no me puse dos gallumbos porque solo tenía unos limpios y los quería para después de la ducha de mi llegada a donde fuera.
El resto del viaje fue sobre mojado, unas veces acompañado de chubascos varios y otras de varios chubascos, pero casi siempre algo caía del cielo.
Mi propósito para esta jornada era sobrevivir, pero poco a poco me había hecho a mi estado de humedad constante, así que la resignación fue total. Cuanto más lejos llegara mejor y viéndome fuerte solo pude fijar mi meta en el mismo sitio donde me habían mimado en la ida, donde me habían lavado la ropita, invitado a las cervezas y yo que se... Así que por la tarde me hice unos 500 kms, así, sobre mojado, por los Alpes, con un par, y mucho cuidado claro. Hoy cogí la moto a las nueve de la mañana y la aparqué a las nueve de la noche, pero bien, la verdad que me veía capaz. Además pude confirmar que sí, que existe un valle vinícola de canto en alguna parte de Francia y que territorio comanche lloviendo se queda en playmobil.
Que cortos se hacen los viajes cuando los elementos acompañan y que angostos cuando los elementos te dan por donde amargan los pepinos. Es todo lo que pude reflexionar hoy. Necesitaba todas y cada una de mis "coitadas" neuronas para atender a lo que hacía, encaje de bolillos.
Lo peor de todo es que el pronóstico de mañana es un corta/pega de esta crónica.

LA RUTA 570 kms


4 comentarios:

  1. Dia de sopa.
    bueno que se le va a hacer.
    A burra tamen necesite ducharse non crees.
    Unhas v's te Tatiño.

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  2. Buenos dias..
    Q regreso mas humedo vas a tener!!! Peeo gracias q ya llevas el regusto de la ida q eso estara tan agarrado q el resto del viaje no lo diluye.
    Ojala hoy , aunque tu no tengas esperanzas, sea mejor q el dia de ayer.
    Habra q ir buscando botas nuevas q las puestas se desintegraran en cualquier momento....
    Cuidadin!!!
    Buen dia!!!

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  3. vamos que vas a llegar con escamas!!!! ojala tengas un dia mejor, o por lo menos no pasado por agua....un beso enorme, aqui tenemos ganitas de que llegues a casa.

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  4. Yo creía que no se puede viajar en motio mientras llueve pero acabo de comprobsr que si, esto es la crónica de un resfriado anunciado . Espero que mañana tengas mejor día y se te puedan secar los huesos junto con tu ropa. Buen retorno

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