30 may 2016

Jaca-El Pont de Suert. 4 de mayo.



Amenecíamos en un colegio-hostal-seminario-o vete tú a saber que era aquello. Desayuno de leones en la primera cafetería que se nos ponía a tiro. Buenos días de la policía local por aparcar en aquella acera de seis metros de ancho. Acabar el desayuno y gas. A los 10 kms, o así, ya estábamos cogiendo las primeras pistas pirenaicas y todo pintaba bien, pero que muy bien. Brilla el solo, las máquinas responden a la perfección, se siente el feeling, el chaterin ok, el janderpeiching all right y camino cortado “prohibido transitar vehículos a motor”. Cojonudo!. La siguiente media hora nos la pasamos buscando alternativa sin suerte, hasta que una llamada a uno que yo me sé y sus prácticos consejos, nos harían emprender el camino correcto. Hasta ahí puedo leer.
Poco después aquella pista nos regurgitaba nuevamente al asfalto y aquí no ha pasado n’a. Al poco rato estábamos practicando vadeos mañaneros sobre el río kwai, pero creo que no llegaba a chachi… que le pregunten a Antonio. El caso es que lo atravesamos una vez por lo que parecía un acceso habitual pero resultaba que el track no continuaba desde ese punto de la otra orilla, así que media vuelta. Quinientos metros rio abajo ya se veía el camino al otro lado. Richy el primero, luego el menda y por último Antonio, por estricto orden de valentía jajaja.

No es que me quiera recrear. En serio. Son cosas que pasan. Nadie está libre de aquello. Pero coño! Que risas! pensé que lo tendríamos que ir a buscar al delta del Ebro jajajaja. Por un momento solo se le veía el casco a flote. El resto era todo glu glu!. Nada, ya paro…. Que además no tiene puñetera gracia, que se pasa mal… y tal… jajajaja. Me pongo a hacerle vídeo, intenta salir con la corriente por las rodillas y…. casi cae. Teléfono al bolsillo y a echar una mano Pablo, coño!!, vergüenza te debería dar… juas!.

La parte fea es que Antonio ya venía lesionado de casa, con una pierna vendada y aquello, resultaba más gravoso para él que para cualquiera de los demás de tenernos ocurrido… en fin.

Proseguimos ruta. Poca, y asfalto. Hoy parecía que lo del campo sería en frascos pequeños. Econtramos trialera. Progreso a pie unos trescientos metros por la misma y lejos de mejorar la cosa, empeora. Toca reflexionar. Bien!. Modo resposable “on”!. "Este es el quinto día de ruta… tenemos otros cuatro días más por delate de muchísimos kms… ayundándonos es posible hacerla, pero Antonio no estaba en su mejor momento físico y yo he de decir que aún notaba aquella torsión del primer día de ruta, que mejoraba, pero lentamente… motos que en realidad no son para eso… con lo que no se puede descartar romper algo y luego demorar aún más… y no es que tengamos que rodear el Kalahari, simplemente buscar otra ruta ” decidido. Media vuelta y a buscar la alternativa. 

La alternativa consistió en dar un buen rodeo, asfáltico claro!, que creo nos llevó bastante más tiempo que si nos hubiésemos medido fuerzas con la trialera, pero eso nunca lo sabremos. Ahora estábamos unos 500 metros más allá de donde habíamos dado la vuelta y Richy haciéndose un trail-trecking de un buen par de kms, de romano-legionario y bajo sol de justicia… para ver si sorteábamos la repetida trialera desde otro punto más avanzado y nada. Luego tocó hacerse un fuera pista y otra vez al asfalto.

En cuanto a mi embrague, mal. Ya no perdía por la bomba, pero a efectos prácticos me estaba sucediendo lo mismo que ayer. Empezaba a sospechar que podía ser cosa de aire en el circuito… porque a cuanto más ascendíamos, peor me funcionaba y al descenso, mejor lo hacía. Así que me temía que ese cambio de presión estaba haciendo juegos malabares con las burbujitas de mi latiguillo. 

Paradita en idílico lugar a degustar crujiente de cereales en melaza al gusto de frutas silvestres, a las sales minerales de mi camelback y mineral Magura de MASGASS Jaca para mi Katy… y proseguimos ruta por esas preciosas montañas, que si bien nos hacían disfrutar de esos caminos pirenaicos, sabíamos que aquello en algún momento tendría que ascender más y más para sentirnos realmente en alta montaña… pero no daba llegado. Y luego más asfalto. Precioso. Espectacular. Carreteras encañonadas, desfiladeros imposibles y fotos allí donde miraras. Estábamos atravesando el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, así que el asfalto casi era de agradecer para poder disfrutar del espectáculo. Bien merece una visita con calma y botas de montaña que tendrá que quedar para otro momento. Todo no se puede, que pena.

A repostar se ha dicho!. Antonio estaba justo de combustible, así que nos desviamos para buscar gasolinera y cuando ya estábamos todos con los depósitos llenos: moto de Antonio al suelo. Creo que su maltrecha pierna le acababa de dejar tirado. Como resultado de la chorrada mayúscula se le había quedado el acelerador agarrado, así que hubo que soltarlo todo para ver donde estaba el problema, pero sin saber exactamente donde radicaba aquel, al volver a montar, la cosa funcionó con normalidad y proseguimos ruta, pero esta vez directos a nuestro destino de pernocta. El Pont de Suert. 

Localizamos una ferretería, reparaciones de un intermitente mío gentileza de Richy… luego al hostalito, bajada a birrear, digo cenar, regreso a la piltra y a soñar con las pistas de mañana, que hoy la ruta “off” había sido medio descafeinada… pero al otro día, en teoría, sobre el papel, supuestamente, tendría que ser laaaaarga de café y gotas. Pririneos en estado puro, ya veremos… 



















 


 

20 may 2016

Almudevar-Jaca. 3 de mayo.



Empezar presentando mis disculpas a Merche. Las nueve de la mañana debía ser la hora de presentarnos a la entrega de las monturas pero no fue así. Problemillas GPSeros, y creo que hasta las diez y media/once no pudimos llegar, así que estuvimos en contacto con ella para ir actualizando la entrega de llaves.

Arrancamos dirección Norte. Hoy el track no debería ser demasiado complicado, aunque ya se sabe que el número de kilómetros a realizar, no es referencia de nada. En cualquier momento tropiezas con una trialera complicada, un pinchazo masivo o yo que sé… y la lías media mañana.

Lo primero fue atravesar el mar de campos que rodean Almudevar. Pistas rápidas de buena visibilidad por las que realmente se puede apurar, así que en nada ya estábamos a los pies de la sierra de Loarre, donde comenzaron los problemas con mi embrague. Empezamos a subir y la cosa lejos de mejorar, a cada kilómetro, empeoraba. Para cuando estábamos a medio ascenso, el embrague prácticamente accionaba con la maneta tocando el puño. Ni devolvía con la alegría que debiera. Estaba perdiendo líquido por la bomba y el problema es que un kit de reparación para mi Magura de los 90 no lo hay de saldo y con luces de neón en cualquier taller. Directamente hay que pedirlo a ktm para que te lo sirva en 48h. Llamadita a Álvaro para que nos investigara qué otras motos montaban la misma bomba y como siempre, en nada, ya teníamos un listado de ellas. Vaya “rastreator” que tenemos en la pandi!!. De cualquier manera seguíamos allí plantados en plena sierra barajando las posibilidades: Zaragoza, Huesca…. O directamente a Jaca, que nos decía Álvaro que MASGASS MOTOS en Jaca, trabajaba con mucha moto de campo. Así que esa fue nuestra decisión.

Le pegamos un recorte al Track que ni la Troika oiga!... así que en vez de darnos un paseo por tooooda la sierra de Loarre, la seccionamos en dos.

Con el temor de llegar a Jaca sin líquido en la maneta, estaba cambiando a pelo como malamente podía, pero sin prisa y con buena letra el cambio se dejaba acariciar y las marchas entraban con relativa suavidad. Trialera de bajada. Primera con ambos frenos. Superado!! Y por dios que no tengamos que dar la vuelta que la cago!. Pista buena y proseguimos por precioso paraje que sobre el mapa veo denominado “Barranco del Foreallo”. Espectacular caída libre a derechas y pared vertical a izquierdas hasta que abre luces donde el río protagonista desemboca en el Gállego de agua turquesa. Estaba sin embrague, pero en ese instante donde la pista colgante atraviesa una cuva en la montaña para luego hacer balcón con vistas, poco me importaba. Vaya lujo!!

Cruzado el río Gállego, en La Peña, me despedí de mis compañeros para seguir por asfalto. Tercera y gas. En ocasiones lentísimo pero cuando llegaban las curvitas, me la gozaba. Aquellas pirelli mt21 estaban trabajando la mar de bien y mi cara lo corroboraba, estoy seguro!. La zona es preciosa y estar disfrutando del paisaje sin temor a tragarme algún pedrusco, hizo que la pena capital que portaba se viera reducida. Absolución por falta de cargos.

Llevaba el waypoint de MASGASS MOTOS en el gps, así que a mi llegada a Jaca, directo al taller. Tengo que decir que desde el primer instante, al comentarles lo de mi problema con el embrague y la empresa que me ocupaba, todo fue buena disposición y ganas de resolverme el problema. Ni espera que tengo que acabar con esto o con aquello, ni pásate luego, ni absolutamente nada más que ponerse con mi moto. Lo primero fue buscar entre los Magura rotos que tenían por el taller para ver si alguno de los kit que montaban valía para mi bomba. Despiezaron dos. Uno de ellos podría valer, pero la resistencia era demasiada como para que el empujador devolviera la maneta al sitio, así que descartado. Me dieron tres opciones a valorar. Me podían instalar la bomba de una de sus motos y marchar al momento con el problema solucionado; pedir una bomba ajp que llegaría al día siguiente sobre las 11 de la maña, o montar el mismo kit con el que había entrado por la puerta. Parece ser que no estaba mordido ni picado ni nada, así que igual la pérdida de líquido podía ser por simple suciedad. Me llevaría un botecito de líquido Magura para ir rellenando y si la cosa seguía mal, tocaría cambiar bomba en Andorra. Me montó todo, salí a probar la moto. Me hice una buena escalada por un monte vecino, donde pude tirar con ganas del embrague y la cosa parecía funcionar sin pérdida de líquido, así que el asunto parecía solucionado. “Si la bomba no pierde, toda va bién!!” “si la bomba no pierde, toda va bién!!” me repetía una y otra vez como mantra que quería creer.

Ya habían llegado a Jaca Richy, y Antonio con la mosca tras la oreja. Parecía que los rodamientos de su rueda delantera habían dicho basta, lo que corroboraban en MASGASSS. Tocaba cambio y había repuesto en la tienda. Nos fuimos a buscar el albergue donde haríamos noche y mientras Antonio volvía por el taller y se escapaba a Francia, Richy y yo dábamos buena cuenta de las tapas del lugar en agradable conversación y a dormir.

Creo que a las 10 p.m. ya estábamos todos con la babilla en la almohada y es que la resaca de kilómetros de los últimos cuatro días y las pocas horas de sueño, estaban pasando factura.
Antes de quedarme dormido le mandé un rezo al Magura de los cielos para que se apiadase de mi… pero me han dicho que sin fe estas cosas non funcionan.




19 may 2016

Caspe-Almudevar. 2 de mayo.




Creo recordar que madrugamos más que cualquiera de las anteriores jornadas y es que tocaba un día largo de regreso a Almudevar de mi corazón.

La primera sorpresa no se haría esperar demasiado y a los pocos kms de Caspe ya estábamos atacando una rojiza sierra de serpenteante camino, que en poco más de veinte minutos nos dejaría al pie del mirador del Ebro que por allí pasa. La parada era obligada y como quien se despide de esas agraciadas tierras de frondosas plantaciones, desenfundamos cámaras y a disparar, que las vistas bien lo merecían.

Proseguimos ruta entre un frondoso bosque alimentado por la humedad que presta el río y al poco rato ya estábamos rodando por amplios campos de infinito horizonte, y es que en realidad, no acabábamos de subir una sierra sino de salir del valle… que mira tú, ya ves, curiosidades varias, pero me llamó la atención. Digamos que los altiplanos no sol el último grito gallego.

Luego sí tocó atravesar una sierra y como no, paradita al canto. Barrita, agüita, fotica y a correr… que estábamos sin almorzar y no sé si lo he comentado, pero en Huesca se almuerza de plato, pijama y orinal, que burrada!... pero ya que estamos, bocata de longaniza pal pecho así de buena mañana y gassss!!. Retomamos las pistas monegrinas, que una vez más se escaparían de las anchas planicies para juguetear por un camino encañonado y lleno de sorpresas, que bien te ponía arena en rueda como cantos rodados, raíces o 4x4’s de frente sin previo aviso.

Me encontré a Richy esperando por la prole y dándome paso para que fuera tirando y así hice. Ya estábamos a pocos kilómetros de San Caprasio, la Cumbre de los Monegros, que no tardé en ver, pero si en llegar. El caminito se deja querer entre ronroneos de lomas y recortes que dibuja la geografía de ese lugar, que con pequeños prados y espesos bosques hacen de la llegada un regalo.

Desde lo más alto las vistas son deliciosas. A tus pies lo recién vivido y luego lo que vendrá. Parecía mostrar lo que nos depararían las próximas horas y los venideros días. Las anchas planicies y los majestuosos pirineos de nevados picos. Todo está al alcance desde el techo de Monegros.

Dejando atrás lo alto, tiramos p’a lo bajo. El sendero a seguir estaba totalmente cerrado por la maleza… así que la alternativa sería un camino que si bien apuntaba en buena dirección, desaparecía en el gps. Richy en cabeza acertaría con cada uno de los cruces y en pocos kilómetros volvíamos a rodar por el track previsto, pero faltaban Tocho y Álvaro. Parece ser que Tocho tenía bastante calor y como estábamos cruzando varios charcos bien surtidos de agua, en uno de ellos decidió refrescarse. Yo me abria bajado de la moto antes, pero vamos, nada que opinar de las costumbres castizas jajajaja.

Luego visita cultural a la cruz erigida en memoria de los caídos Nacionales y sus trincheras. Golpe de realidad que hace recrea un momento de la historia, que solo vivido en ficción, mostraba ahora una de las caras más crudas, el frente.

Refrescante birra en el pueblo más cercano y hasta Almudevar del tirón, que después de tres días retozando por el campo, nuestras monturas se merecían un mimo. Limpieza de bajos en la gasolinera, aceite a la cadena y poco más. En general se estaban portando bien, con poca cosa a destacar salvo una fuga de aceite en la de Álvaro que resultaba ser más escandalosa que otra cosa. Aumentarle de vez en cuando y listo. Cena motera y tempranito para cama, que al día siguiente comenzaba para Antonio, Richy y un servidor, nuestro periplo pirenaico.

Decir que Monegros es increíble, extensísimo, y mucho más variado en cuanto a su geografía de lo que me había imaginado. Es un mundo que bien ha merecido los 800 kms que le hemos dedicado. Monegros ya es un poco mío!!.