3 ago 2014

Día 2. Xurés.

Hoy ha sido increíble.
Uno de esos días que te sientes tan feliz que solo una resaca como la que tenía me lo podía torcer. La verdad es que me levante muy bien en mi preciosa suit de principios del siglo pasado, con el tachín! tachín! de los platillos de la banda de música municipal a su paso por el pie de mi cama. Creo que apartaron la mesilla para hacerse sitio y después de cantarme las mañanitas siguieron calle arriba.
Una hora después de haber cogido la moto, paré, me hidraté con dos latas de té con limón y proseguí. Ya me encontraba mejor y el aire en la cara ayudaba en ese propósito y empecé a disfrutar muchísimo del Xurés. Y es que hoy, ademas de estar surcando un paraíso de retorcida montaña, el tiempo era perfecto para el moto-turismo, que es lo que me ocupaba, y con el cielo preñado de nubes, sus sombras lo hacían todo mucho más agradable.
Las pisé todas. Las anchas, las estrechas, pintadas, sin pintar y hasta sin asfaltar. Fue poco, pero tenia que ser. Tengo el bicho en el cuerpo y mire a donde mire solo veo pistas de tierra, así que la primera que se me puso a tiro ZAS!, que supo a poco, pero en solitario y con ruedas asfálticas, no me la quería jugar.
El resto del día me lo pasé abriendo gas de curva en curva y con la mandíbula desencajada de lo que percibían mis ojos. Belleza.
Aun no entiendo porqué tardé tanto en visitar esta impresionante sierra pero así es. Está ahí y yo aquí, encantado de haberla conocido y deseando la próxima visita.
Y como vale más una imagen que mil palabras (dicen!), ahí van unas capturas del vídeo que llegará.









Ah! me quedé sin batería en el teléfono, así que el "track" de regreso no está incluído. De hecho me regresé sin ver un rinconcito del Xurés que me hará volver muy pronto, jeje.

Como datos de interés diré que han sido un total de unos 550 kms, que traducido a euros son unos 40; he dormido por 15 desayuno incluido y comido por 14 ambos días (en Galicia curiosamente). Portugal es muy económico, pero con cervezas a 1 euro, en barra, terraza o en pub, también peligroso. Me ha salido el finde por unos 100 euros resaca incluida.


2 ago 2014

Día 1. Cambio de plan.


Llevaba un par de días pensando en la posibilidad de una escapada de fin de semana. Solo en casa y sin responsabilidades familiares, la opción A) sería quedar con los amigos para la chuzada de rigor y la B), pues eso!... y no es que les quiera mal a mis incondicionales hermanos de batalla, pero siendo probable que en todo el mes de agosto no vuelva a pasear a lomos de "meutranganillo", la decisión tenía que ser ésta y aquí estoy, en Ponte da Barca, Portugal. Que raro no?
La idea inicial era escaparme a Asturias pero la predicción meteorológica para hoy era lluvia en el mundo entero y claro, uno lo da todo, pero irse a Asturias era poco menos que un suicidio.
Cúpula y parrilla fueron todos los arreglos físicos que le hice a la moto y con unas cariñosas palabras para lo psíquico ya estaba "Ready to" llevarme de paseo.
Salí con lluvia, poca, luego más, y después menos, al rato, aumentó, al otro, lo mismo y luego, también, y así por todas cuantas aldeas separan mi casa de la provincia de Ourense, que me acogió con los primeros rayos de sol, que ni esperaba.
Paré, comí y seguía sin llover. Regresé al asfalto y lo mismo. Me sequé con el aire cálido de los valles y me volví a mojar con las mustias nubes de la sierra del Xurés, que tímida ella no me quiso dejar ver sus cumbres emparapetada tras una cortina gris. Pero tozudo como soy, insistí rumbo sur hasta hacerme con su confianza y por fin me lo mostró todo. Y que buena está.
Se hicieron claros y ganó el sol. Al poco rato otra vez me sentía seco, como si hiciera semanas de la última vez y fue cuando decidí que por hoy era suficiente.
Pasé por un pueblo en fiestas y me quedé.
Como detalle curioso decir que estuve a punto de NO coger el primer dormitorio que una mega pintada señora octogenaria de nombre María Gomes, me ofrecía de su Pençao Gomes, pero la verdad, lo vi todo tan auténtico (y limpio) que no me pude resistir y me la quedé. La habita claro!. Imaginaos: 15 euros con desayuno y vistas al puente que le da nombre a la localidad. Irresistible para el viajero y ella lo sabe. Bribona.
Mañana, si tal, os cuento como ha ido la noche, je, je.