14 jun 2016

Rider 1000*. 7 de mayo.




*Prueba moto turística de resistencia, que consiste en realizar un recorrido por tierras catalanas pasando por un número determinado de puntos de control, en orden establecido, en los que sellar el pasaporte que la organización facilita, sumando así aproximadamente los 1000 kms que adornan el título.



La Rider ya era un hecho. Tenía tantísimas ganas de ver y saborear esta Cataluña que tanto me atrae, que nada ni nadie me impediría disfrutarla al 100%... y sobre dos ruedas, ni en mis mejores sueños!!.

Decir que el gallo local aún no se había puesto la primera de sus plumas cuando nos levantamos. Era muy mega extra tempranísimo. Mi cuerpo seguía mostrando inequívoco síntoma de mañanerismo cálido allí donde reside el cerebro del varón hetero.

Richy y yo los últimos entre colocar mi petate, retirar el candado métrico que abrazaba nuestras monturas, subirlo a la habita, intentar cargar el mapa catalán en mi oruxmaps y el track de la Rider que se me había olvidado descargar, etc… un desastre. Pero nos esperaron, arrancamos, y llegamos con tiempo de sobra al punto de partida y comienzo de la aventura. A tiempo de sobra para poder arrancar la moto de Gus, al que estaba echando un pulso su desahuciada batería. Torcu al manillar, unos empujoncitos mañaneros y gas!.

Hacemos cola para el control previo de salida; nos van parando uno a uno para hacernos una foto-cool; y subimos al pedestal que la organización prepara para el pistoletazo. A Gus ya se le había parado otra vez la moto. Para este joven bilbaíno la aventura comenzaba antes de empezar. Pero que carallo!! Los de Bilbao aventurizan cuando les sale de las kokotxas, o no es así?. Empujoncito para ponerse allí arriba. Nos dan la salida a la hora pactada. El de Bilbao se deja caer por la rampa y toca sacar las herramientas antes de hacernos los primeros 100 metros. Y es que este es nuestro talante. Siempre “ready to” resolverlo todo!! y así lo hicimos. Bueno, lo hizo Torcu. Unas pinzas contra otra batería, un ratito cargando, otro fumando, otro dándole aire al bocata con agua fresca gentileza de la organización… y batería “cargada” ARRANCAMOS!!!

A los 5 kms Moria me estaba pegando el toque. Llevaba el ajuste de la alforja-herramientas en peligroso juego con la rueda trasera. Enganchar, apretar y a darle caza a los demás. Una vez interceptados y ya fuera de un primer tramo de autovía, se dieron inicio una sucesión de curvas que animaron el ambiente. Tanto que tuvimos que socorrer a una muebleuve que se acababa de hacer un recto de 200 metros por un sembrado. Sin problema, salvo que al tocar de nuevo el asfalto, zasca! moto al suelo maniobrando… y es que nadie le había dicho al pobre hombre que cuando una montura saborea las mieles off, el rechazo asfáltico es inmediato.

Al poco rato punto de control. “-Gus!! Déjate la moto encendida que yo me quedo y así que llegues de vuelta me piro yo.” Y al siguiente control igual. Y al otro lo mismo y creo que luego llegó el momento repostaje y la tuvo que apagar. Tengo que apunta que en los puntos de control y a pesar de encontrarnos siempre tantísimas motos, la cosa estaba bien organizada y siempre tenías algún amigable colaborador de chaleco chillón, facilitándolo todo… así que el trámite se realizaba con ligereza impropia del volumen de motos y moteros que asolábamos aquellas nómadas concentraciones. Sellito en el pasaporte y andando. Sincerándome conmigo mismo: no tengo ni idea de qué o cúal control fue antes o después. La empanada mental no es poca. Y es que tantísimas hora rodando de aquí para allá y sin los mapas ni el track cargado, me hicieron estar como rodando sobre una cinta. Siempre en el mismo lugar si a la georeferencia me refiero. No era consciente de dónde cojones estaba y simplemente las planicies más cercanas a la comunidad aragonesa o las cumbres más altas, me daban alguna que otra pista. Una pena lo del GPS!, pero por otra parte, la ignorancia es como un dulce sueño del que uno no se quiere despertar y cuando vas a rueda sin mayor distracción que el mero disfrute, la sensibilidad a lo que te rodea es mucho mayor… e ideal para el propósito que me ocupaba: pervertir el sentido paisajístico tanto como pudiera.

De aquella gasolinera arrancó sin problemas la moto de nuestro querido Gus y ya nunca más le jugaría otra mala pasada. Ese capítulo lo podemos cerrar. Para abrir otro. Mi pasaporte.

Igual no sucedió en la misma surfalinera, seguramente no. Sería en otra. Pero el caso es que marché de una de ellas sin haber pasado por el bar, con el que compartía solar, exigiendo mi estampita de color. En aquel momento no era consciente claro! Así que arranqué de allí pensando que repostar gasolina era todo lo que había que hacer.

Este tramo sí lo recuerdo con claridad. Fue donde vi que Toni, en su zztop verde kawa, le daba paso a Richy para hacerle vídeo. Creo que mi muñeca reaccionó antes que mi cerebro y para cuando quise ir detrás de Richy, ya lo estaba haciendo. Al poco rato nos encontramos con una pandi de bmw’s que nos hacían tapón. Y ahora es cuando me pongo serio. Vamos a ver señores asfálticos!!. Si te alcanzan dos motos por un tramo de curvas cerradas… que hay que hacer?? Todos lo sabemos. Pero ellos no. Así que tragamos rueda hasta que Richy pudo adelantar y yo lo mismo. No sin antes forzar un estúpido pique de machitos… y es que cuando estaba adelantando al cabecilla de la pandi, el tío abría más y más gas!. Vergüenza!!. Aún así ese tramo era “ready to race” y tanto Richy como yo lo disfrutamos muchísimo poniendo a prueba esas pirelli mt21 que me estaban dejando ojiplático.

Llegé al punto de control supurando adrenalina por cada poro de mi cuerpo y fue entonces cuando me avisaron de lo sucedido en la gasolinera. “-Te falta el sello del último control” me dijo el fulano. El bajón no fue poco. Aquella adrenalina hizo reacción con unos miligramos de mala sangre y cuajó de golpe. Pero qué se podía hacer? Nada. Tirar p’alante y seguir disfrutando de la experiencia, que si no?.

Más y más curvas se sucedieron… pero luego llegaron aquellas rectas. Igual no fueron más de 60 interminables kms de ancha es Cataluña, pero se me hicieron eternos, dañinos, cáusticos y lo peor, somnolientos. Hasta que atracamos en el siguiente control después de aquella insufrible deriva.

Aquí la organización nos había preparado rancho de fideuá y una exposición de preciosos hierros de campo, haciendo las delicias de los moteros agraciados con el super poder de ver más allá del asfalto.

Ahora poníamos rumbo norte para ir atacando el pirineo y la cosa volvía a tomar una textura más agraciada, con carreteritas juguetonas intercaladas con vías más potentes y siempre en un entorno exageradamente hermoso. Otro punto de control y sorpresa!. Siguiente capítulo. Mi estribera.

A 500 metros del control que tenemos entre manos, la estribera derecha de mi moto se descolgaba del tornillo trasero para quedar bailando únicamente con el delantero y listo que soy, en vez de parar a buscarlo, tiro p’alante a sellar el pasaporte. Al regreso paro a buscarlo junto con el resto de compis, y luego otros moteros que por allí pasaban se animaron a la caza del tornillo y venga! todos a buscar por la cuneta mi preciado tesoooooro. Pero no hubo suerte. Allí donde noté que el estribo se descolgaba, ese tornillo no aparecía… y todo por no haber usado el fijador aquel día que lo desmonté. Así aprendo!!

Uno de los que se había parado para ayudar en la búsqueda me ofreció una suerte de tornillos y tuercas para ver si con alguno solucionaba pero nada!. Para cuando se marchó ya habíamos dado por finalizada la búsqueda y había que reparar el asunto con lo que fuera. Por curiosidad tiro de cajita tornillera que llevo siempre conmigo y se obró el milagro. Llevaba repuesto de ese “fuckin” tornillako!!!! Increíble pero cierto. Lo había metido en la caja por casualidad, pero allí estaba. Sin la llave allen pero con la maña del amigo Torcu, siempre dispuesto y el primero, la cosa quedó bastante apretada y reforzada con bridas y cinta americana para frustrar una segunda evasión... y arrancamos de allí con ansias de seguir sumando kms.

En el siguiente control dos ktm-girls nos susurraban al oído demandando nuestra presencia en sus aposentos naranjas, de suave terciopelo anaranjado, prometiendo luego dejarme la herramienta apropiada… allen. Estábamos en un estand de KTM en el que repusimos fuerzas con bocata, bebida y regalito nosotros…. y mecánico con grasa de cadena y líquido antihumedad, nuestras machines. Perfecto. Creo que solo KTM tuvo este detalle con sus riders. Me gusta. La política del peloteo siempre funciona. Muy bien!. Aprieto mi estribo mientras Richy se entretiene con las padock-girls y continuamos!!

Control en puerto de montaña… y creo que a estas alturas aún nos quedaban unos 300 kms por delante y apenas hora y media de luz solar, pero los ánimos eran buenos. En general se nos veía bastante fuertes a todos y disfrutando muchísimo de la Rider.

Bajamos aquel puerto y tocaba zona rápida y bastante transitada. Pero sorteando poco a poco la infinita columna de coches a ruda de Neri en mi caso, en nada, ya estábamos en el siguiente control. Teníamos la noche encima y había que abrigarse un poco. Aceite a la DR de Juanma. Barritas, redbules y gas!!

Autopista, más autopista, control, autopista, control, autopista, curvas de las mejorcitas de toda la jornada, que a destiempo no las estábamos disfrutando y penúltimo control. Nuestras caras ya no eran las de aquellos espartanos dispuestos a morir por todo, no!. Más bien de “tineillers” en su vigésima trompeta diaria y es que para aquel entonces llevábamos unos 900 y pico kms de heavy metal, del mejor que ha parido madre, pero 900 al fin y al cabo.

Solo restaba llegar a Manresa, bajarnos de las motos, besar suelo santo y allí nos fuimos, no sin antes solucionar un pequeño percance de temperatura en la tuneadísima moto de Torcu. Caldero de agua fría por dentro y fuera del radiador, que lleva alojado bajo el colín y carretera… que ya iban siendo horas.



El mismo pedestal que nos había despedido estaba allí para recibirnos sello en pasaporte… y todos a verificar tal documento ante la comisión que revisa, juzga y emite veredicto ante aquellos que no lucen el total de sellos, como era mi caso. Les comento. Me miran. Les miro. Me miran otra vez. Dejo caer el casco sobre la mesa. Y los miro. Todo de buen rollo… y me dan por bueno el documento y sus sellos a pesar de aquella falta leve jeje. Ya tenía mi Rider1000, y el orgullo de haberme superado, en la buchaca!!!.

Bocata de queso, que es el que les quedaba, y bebida mientras charloteamos entre risas… y rumbo al hotel, que el resto de compañeros aún se tenían que hacer el camino de vuelta a sus masías.

La Rider1000 ha sido espectacular. La organización impecable. El trazado ideado por Toni, Moria & co. ha superado mis expectativas. He podido disfrutar de muchas Cataluñas en un solo día y eso es de agradecer. Con problemillas mecánicos desde el primer instante que hemos ido resolviendo y sin haber sufrido incidente alguno… el listón ha quedado muy alto y será complicado superarlo, pero en el plazo más breve posible espero estar otra vez intentándolo para, sobre todo, reencontrarme con lo que más importa, mi gente.













































 



2 comentarios:

  1. Que grande eres Pablo !!
    Vexo que ainda sigues co teutranganillo recorrendo o mundo...(saleu duro, carallo... jajaja) alégrome moito que a sigas disfrutando e que te marques os viaxes que fas, ainda que ahora vexo moito as rodatacos nesa Ktm, eh ! jejeje
    Algún dia tes que enseñarme a usar o oruxmaps, xa que eu intenteino e non fun capaz... jajaja

    Un saludo e aseguir disfrutando das duas rodas

    Santi (Motoeu)

    ResponderEliminar
  2. Que grande eres Pablo !!
    Vexo que ainda sigues co teutranganillo recorrendo o mundo...(saleu duro, carallo... jajaja) alégrome moito que a sigas disfrutando e que te marques os viaxes que fas, ainda que ahora vexo moito as rodatacos nesa Ktm, eh ! jejeje
    Algún dia tes que enseñarme a usar o oruxmaps, xa que eu intenteino e non fun capaz... jajaja

    Un saludo e aseguir disfrutando das duas rodas

    Santi (Motoeu)

    ResponderEliminar