3 jun 2016

Andorra-Manresa. 6 de mayo.




Hoy no era mi día!. O tal vez sí?

La pasada noche mientras hacíamos algo de mantenimiento/mecánica en las motos, Richy se percató de que al eslabón rápido de “meutranganillo” le faltaba el ckip que impide su desmantelamiento, así que a las diez de la mañana estábamos puntuales esperando que abriera una de las tiendas de recambios offroad andorranas, pero entre que desayunamos y demás, hasta bien pasadas las once de la mañana no enganchamos la primera pista que, en realidad, partía casi del propio camping… y es que la planificación era perfecta, pero no sé qué pasa, que siempre pasa algo.

Por primera vez en todo el viaje nos estaban cayendo las primeras gotas mientras ascendíamos a los cielos por aquella pista y es que al poco rato ya empezamos a ver algún pequeño nevero aislado y en nada ya nos estaba nevando por aquel pintoresco pinar. Abrigarse lo justo y gas. Las condiciones tampoco es que fueran adversas, un poco de frio, eso sí, pero con buena visibilidad… y sin saber cómo ni porqué, en un abrir y cerrar de ojos atrapé un buen garrotazo contra el suelo. Luego lo vi claro.

Estábamos descendiendo y había un pequeño salto antes de una horquilla a izquierdas. Mi sensación no fue ni de haber saltado en exceso ni de haberme sorprendido demasiado por la inminente horquilla, pero creo que el origen de la caída parte de ambos elementos. Estoy casi seguro que después del saltito, aún con la rueda delantera sin el aplomo suficiente, toqué freno en exceso bloqueándola y al suelo. Supongo que ayer había gastado mi último cartucho, y el de reserva, y el otro... hablo de ese feeling tan codiciado del que no todos los días disfrutamos.

Yo bien, gracias!, como un “wolking dead” de chubasquero y camiseta a girones, pero bien. Mazado como un pulpo.

La parte fea se la llevó la moto. El manillar estaba impracticable. Por campo resultaba casi imposible seguir con un mínimo de garantía, así que donde el track se cruzó con el primer pueblo, tomamos un café, valoramos la situación y decidimos hacer carretera hasta nuestro destino.

En Manresa paramos en un auto-lavado para dejar las motos medianamente vistosas antes de meterles mano. Cada uno a la suya. Bueno. Luego Richy le metería a la mia, pero poco y con permiso… y yo delante.

Richy llevaba repuesto de la junta tórica del empujador de embrague y como yo tenía el líquido Magura gentileza de Massmoto Jaca, decidimos de una vez por todas dejar mi embrague en condiciones, además de enderezar el manillar claro!, pero al desmontar el empujador, descubrimos que la junta de papel que supuestamente había cambiado mi mecánico, estaba hecha un asco y sería imposible montar aquello sin que derramara por los cuatro costados. Os podéis imaginar el disgusto. Eso sí que duele!! y no una chorrada de caída motera. El caso es que, sin haberlo planificado, en frente al parking del Carrefour donde estábamos haciendo las cochinadas, luce Máquina Motors… concesionario oficial de distintas marcas entre las que destaca la flamante y siempre “race” KTM y allí me fui a ver si sonaba la flauta y tenían en stock la dichosa junta para mi moto, que ya tiene sus 12 añitos y sería una suerte.

Cuando en recambios me dicen que SI!!, que la tienen!!… no sé… apunto estuve de hacer una gilipollez pero la barba de dos días del fulano me hizo replantear la situación. Que felicidad!!! Por dios!!!. Solo faltaba enderezar el manillar y a correr. Les pido una barra y me prestan el tubo desguace de una barra, de una custon o algo así, pero me vale.

De vuelta al taller itinerante que teníamos montado en el parking del Carrefour, Richy montó todo en su sitio, purgamos el circuito, montamos piñones de 16 dientes, más aptos para rodar por asfalto, e intentamos enderezar el manillar como malamente pudimos, sin éxito. Y es que ni se inmutaba por más y más fuerza que hiciéramos.

Nos fuimos con todo a las puertas del taller, donde hicimos un poco más el garrulo con la barra para intentar enderezar el manillar y nada. Tocaba romper el cerdito y comprar manillar nuevo antes de que la tienda echara el cerrojo… y en nada ya teníamos todo en su sitio. “Reparaciones galaicas on track” había hecho un buen trabajo con mi moto y tanto embrague como manillar habían quedado a la perfección & ready to Rider1000.

En Manresa nos estaba esperando un exquisito surtido de los mejores catalanes que ha parido madre. Ni escogidos a dedo se podría haber hecho mejor selección, y con la presencia de un irreductible bilbaíno, hacía de todo aquello el clásico chiste. Esto son siete catalanes, un vasco y dos gallegos que se hacen 1000 kms en un día… jajajaja. Así somos, nuestra sola y conjunta presencia es de traca.

Ducha rápida y a repartir abrazos. Rica cena en inmejorable compañía y sesión de fisio gentileza de Sergio… y es que no hay nada como pegarse el talegazo padre, llegar a destino y tener a un profesional como él para llevar al sitio cuantas contracturas, nudos y demás deformidades hubieras adquirido. Gracias amigo!!

En definitiva he de afirmar que bajonazo + superar las dificultades + reencontrarme con tantos amigos… es la ostia! y decir lo contrario sería injusto, deshonesto. Así que lejos de acostarme con mal sabor de boca, lo hice con delicioso buqué en paladar gracias a Richy, Moria, Gus, Toni, Sergio, Neri, Torcu y Juanma -THE RIDER TEAM-.
Hoy había sido mi día, vaya si lo había sido. Mío y solo mío.







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