9 ene 2014

Pingüinos "on"

Llevaba toda la semana acumulando ganas de viajar y hoy el orgasmo ha sido exponencial. Me di cuenta al sorprenderme cantando la de "voy camino Soria", del Caligari ya sabéis, cuando en realidad voy camino Valladolid juas!, con parada en mi querida Portugal claro!.. y así todo el tiempo rememorando viejos exitos de mi infancia que no vendría al caso enumerar, pero que demostraron las verdaderas ganas que tenía de pillar carretera y tirar y tirar indefinidamente. Y asi fue que mi primera parada la hice ante el paupérrimo cartelito que anunciaba mi inminente cambio de país.
Hasta ese momento disfruté como un cochino, unas veces mas cochino que otras, pero en general, la ausencia de tráfico por los municipios "secundarios" por los que había ideado la ruta, me proporcionaron un paseo de lo mas relajante con broche final. La carretera que desde Verín te catapulta a la A Gudiña y que luego continué hasta las mismísimas puertas lusas, que se traduce en un buen puñado de serpenteantes kms que dan razón a un viaje en moto. Me refiero a tal sucesión de curvas que abstraen de cualquier otro pensamiento mundano mientras esperas que nunca acaben. Si en ese momento, en plena trenzada, entre lazo y lazo, una voz redicha me preguntara aceleradamente por mi nombre, titubearía como un tonto... y acabaría contestando: "arcén" o alguna otra palabra relacionada con el juego que me ocupaba.
Luego llegó la noche. Con lo que me gusta a mi la noche a pie y lo poco que la disfruto en moto oiga!, pero es que aún por encima mi "tranganillo" no alumbra, así que no me quedo mas remedio, farolillo en mano, que ir a tientas superando las dificultades que tiene el rodar por una carretera portuguesa de montaña invernal asolada por legiones de hojas húmedas a ambos flancos, que habiéndose hecho fuertes ganaban terreno a lo transitable por minutos, mientras esperaba que mi destino me saliera al paso.
Dos cosas hacen que valiera la pena el paseo por la penumbra. La primera de ellas, un tramo en el que la escuálida pista discurre sobre la cresta de la montaña mas alta del lugar, proporcionando la sensación, al no ver mas que pista y cielo, de ir surcando el aire. En serio, sin psicotrópicos. Una pasada!. La otra unos tres o cuatro corzos que se me cruzaron con suficiente margen para no asustarme, brincando con sus graciosos traseros blancos acabados en puntiagudo rabo. Una cucada la verdad. Ah! Otra cosa buena es que me apunto una de las pistas mas "ready to race" para mi tranganillo de las que nunca he catado. Así que me queda pendiente una visita más por esta zona, que ya será en verano claro!.
Hoy duermo en Bragança despues de una deliciosa tarde de viaje y mañana más, y muy distinto.


3 comentarios:

  1. Siempre que narras tus andanzas por esas aldeas al igual que cuando leo cualquier libro o diario de viajes me da una envidia sana, si es que existe tal, de coger el petate , máxime cuando están tan lejanas las vacaciones veraniegas que suele ser cuando la mayoría de los mortales viajamos con la consiguiente aglomeración vayas donde vayas. Repito que envidia! Menos mal que me consuela el hecho de que vas en moto, que aunque para ti es el colmo del éxtasis , no es mi medio. No apures tanto la luz y retírate a cualquier aposento antes de tener que alumbrarte con un candil. Y por supuesto cuidadin! A seguir disfrutando!

    ResponderEliminar
  2. Aqui vamos las Lopez
    Yo no quiero repetirme , pero lo primero cuidadito""
    Hay q ver lo q te gusta una carretera portuguesa""!!!!ya sea en coche o moto y sibre todo las mas reconditas y escondidas... !es lo tuyo!!!
    Y hay q ver con la rabia q le tengo a ese medio de transporte/ocio q ati tanto te "pone" lo q disfruto con tus cronicas...
    Seguiremos tu nuevas rutas...

    ResponderEliminar
  3. Gracias!! hermanas López! siempre estáis por ahí. Asín da gusto...

    ResponderEliminar