29 jul 2014

Cuando todo está escrito…

... no hay nada que hacer.

Dos días antes de la salida me había dado cuenta de una extraña mezcla en el motor y en el radiador. Blanco y en botella. Visita a Emilio Leis y problema resuelto a 10 horas de la partida.

Ya el día “D” saliendo por la puerta de casa con el cuero puesto, me percato que la chaqueta se me ha abierto de abajo -> arriba quedándose únicamente unida por el velcro de la pajarita. Me paso a la cordura.

Camino de Allaríz aludo la ausencia de uno de los tornillos de la tapa izquierda del depósito y de otro tornillo del cubremanos derecho. Así que en la primera gasolinera ocupo el escaño vacante del primero por otro que poco pinta bajo el asiento y el segundo por cinta de fontanería. Chapuza.

600 kms después noto que  la moto me hace menear sensualmente las caderas, así que en la siguiente gasolinera le echo la mano a la goma trasera y efectivamente!. Rodamientos rotos.

A 5 kms de casa decido, en aquella terraza, que mientras las cervecitas trabajan en mi organismo, que el gruista haga lo propio en “meutranganillo” (a mi moto me refiero), así que llamada al seguro y "cena-relax" en grata compañía de Pepe, Juli y Senen, quien sería mi transporte público a casa.


Ah!, nos fuimos a Puebla de Sanabria. 750 kms. Bueno, yo 745.
Y dejar anotado que, sobre todo, desde la subida a Pena Trevinca hasta Puebla de Sanabria, el espectáculo paisajístico es… para montar tacos.











p.d.: si circulo no fotografío y si fotografío no circulo. Gracias por las fotos Pepe!










No hay comentarios:

Publicar un comentario